13 Jun Coaching y Agility. ¿Qué tienen en común?
Coaching y Agility
Coaching y Agility
Coaching y Agility
Coaching y Agility
Nunca podrás cambiar las cosas luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, crea un nuevo modelo que haga que el modelo existente se quede obsoleto. (Richard Buckminster Fuller)
Qué es Agile
Antes de hablar de coaching, conviene presentar Agile. Agile no es el conjunto de metodologías Agile. Agile es una mentalidad basada en el paradigma de la autonomía compartida. Las organizaciones que trabajan con el paradigma de la autonomía compartida ya existían tiempo antes de que la palabra Agile se pusiera de moda e incluso antes de se utilizara (apareció en 2001 con la publicación del Manifiesto Agile para el desarrollo de software). Es una forma de ver y pensar el mundo muy diferente a la convencional, basada en el paradigma de la predicción y el control. Las organizaciones que se han transformado adoptando el paradigma de la autonomía compartida partían de una mentalidad. Esto les ha permitido adaptar las metodologías más adecuadas a sus estructuras, transformándolas y creando nuevos métodos Agile. Y precisamente por eso proliferan las metodologías Agile.
De eso se trata. Las organizaciones que adoptan metodologías Agile «actúan Agile» sin «ser Agile», es decir, sin partir de la mentalidad. Esto significa que los equipos que trabajan con una metodología Agile tienen un mejor rendimiento al cabo del tiempo, pero sin un cambio de mentalidad no es posible aplicar una transformación en la estructura organizacional y, por lo tanto, difícilmente verán los beneficios que tienen las organizaciones que «son Agile».
Las organizaciones que han adoptado el paradigma de la autonomía compartida trabajan en todo tipo de sectores, muy diferentes entre sí. Cualquiera puede adoptar la mentalidad Agile y emprender la senda de la transformación evolutiva.
Similitudes
La primera similitud entre Agile y el coaching tiene que ver precisamente con la mentalidad. El coaching también implica una transformación de la manera de pensar y ver el mundo y la relación con los demás. Es algo que, al principio, cansa mucho y resulta difícil. Al fin y al cabo, en el colegio nos enseñaron que solo hay una solución correcta, en lugar de un sinfín de posibilidades que dependen de cómo veamos el contexto. Nos enseñaron a juzgar e interpretar, en lugar de observar dejando de lado nuestro juicio. Nos enseñaron que confiar está bien, pero desconfiar está mejor. Nos enseñaron a estudiar y a hacer las cosas por nuestra cuenta, en lugar de intercambiar y crear con los demás. Nos enseñaron que vivimos en un mundo de escasez de recursos en lugar de enseñarnos a inventar recursos alternativos. Nos enseñaron a identificar las causas de la disfunción en las personas en lugar de a actuar sobre el sistema para permitir que las personas cambien de comportamiento. Nos enseñaron que en el mundo hay gente que decide y gente que actúa en lugar de aprender a tomar decisiones juntos. Nos enseñaron a trabajar para mejorar nuestras debilidades en lugar de aumentar y desarrollar nuestro talento. Nos enseñaron que la información debe mantenerse en secreto en lugar de ser transparente.
La primera dificultad a la que me enfrenté cuando empecé mi andadura en el coaching fue precisamente la de adoptar una nueva forma de ver y pensar el mundo. Incluso en el coaching hay una diferencia entre «hacer coaching», siguiendo un método, y «ser coach», transformando nuestra propia mentalidad y actuando de manera consistente. Esta transformación tiene obviamente implicaciones mucho mayores que la simple adquisición y adopción de un método.
La transformación Agile también es un viaje, nunca una línea de meta.
Qué hace un Agile Coach
Un Agile Coach tiene cinco habilidades divididas en dos macroáreas.
Orientación al contenido
Conoce la mentalidad Agile y algunas metodologías Agile.
La sugerencia es no limitarse a una metodología, sino tener una visión general para experimentar con diferentes enfoques con los equipos dependiendo del contexto y la estructura organizativa. Y lo digo porque existe la tendencia generalizada a adoptar scrums para todo. El scrum es una de las metodologías Agile, especialmente apropiada en entornos de proyectos. La mayoría de las organizaciones trabajan a través de procesos, a menudo sin saberlo. No tener en cuenta lo que se puede hacer para actuar sobre los procesos significa no saber por dónde empezar a cambiar el sistema y, por lo tanto, se corre el riesgo de producir resultados inconsistentes. No es casualidad que cuando las empresas aplican únicamente scrums adopten criterios de evaluación autorreferenciales y no sepan cómo identificar lo que significa «valor» para el cliente final.
Es formador.
Por lo que enseña la mentalidad Agile y cómo adoptar las metodologías más apropiadas. Como formador se centra en las habilidades de los equipos y los ayuda a aprender cosas nuevas, pero también a aprender de sus experiencias.
Es un mentor.
Solo cuando es más experto en un tema, solo cuando se le exige que lo haga, solo si pide permiso, solo cuando avisa de que se está poniendo en esa piel. Como mentor se centra en el savoir faire y da sugerencias para el desarrollo de las personas y los equipos sin aferrarse a su propuesta y dejando que las personas y los equipos decidan libremente si utilizarlos y cómo hacerlo.
Orientación a los procesos
Es un facilitador.
Ayuda a los equipos en las diferentes fases de su trabajo, en la toma de decisiones, en la identificación de obstáculos y en la búsqueda para descubrir cómo superarlos. Es capaz de leer el contexto, distinguir entre conflictos y gestionarlos, ver los problemas y aportárselos al equipo para ayudarlo a encontrar una solución. Facilita la situación en caso de obstáculos organizativos al tratar con todos aquellos que ralentizan el trabajo del equipo. Como facilitador se centra en el equipo y en la organización como sistema.
Es coach.
Hace coaching con el equipo escuchando, planteando preguntas efectivas y usando lenguaje directo. Ayuda al equipo a buscar la mejora continua hacia la excelencia. Ayuda al equipo a comprometerse a hacer lo que ha identificado. Hace coaching con las personas para ayudarlas a superar obstáculos y crecer personal y profesionalmente. Hace coaching a nivel organizativo para ayudar a las personas a asumir el papel que han elegido desempeñar. Como coach se centra en las personas en su totalidad y en el equipo como sistema. Ve la organización como un conjunto dinámico de interconexiones en las que siempre es posible actuar.
De coach a Agile coach
Un coach ICF ya cuenta con un amplio bagaje de habilidades y destrezas que caracterizan su profesión y le permiten desempeñar este trabajo correctamente en las organizaciones. Las demás habilidades, como tales, se pueden aprender y, una vez aprendidas, entrenar. La ventaja de ser ya coach es, en mi opinión, un punto fuerte en comparación con el camino inverso, porque aprender a ser coach requiere mucha formación y práctica. La mayoría de los coaches que conozco lo son no solo para desempeñar esta profesión, sino también porque están impulsados por una necesidad interna de desarrollo personal y un deseo de estar disponibles para el desarrollo de los demás. La mayoría de las personas, formadas en el campo técnico, que se han hecho Agile project managers, quieren ser Agile coaches porque entienden que su capacidad para ayudar a los equipos, a las personas y a la organización depende en gran medida de las habilidades que puedan desarrollar como coaches. Curiosamente, en el desarrollo de software, normalmente los Agile project managers y los scrum masters ayudan a los equipos, mientras que los Agile coaches ayudan a los Agile project managers y a los scrum masters.
Un único aspecto sobre el que prestar especial atención sigue siendo la mentalidad Agile, quizás el paso más delicado e importante. Quien piense que se trata únicamente de una cuestión de aplicación metodológica está tergiversando completamente la esencia Agile y la profesión de Agile coach, que consiste más en ser y no tanto en asumir un determinado papel. Pero los coaches ya saben todo esto.
Fabio Lisca, Coach Sistémico Evolutivo, Mentor Coach e Supervisor en Menslab – Coaching & Training
Fundador de la Agile School, acreditada por el International Consortium for Agile. Apoya a las organizaciones en proyectos de aplicación Agile, desde proyectos piloto hasta la Business Agility. Está desarrollando y difundiendo nuevas prácticas Agile para RRHH y las nuevas competencias de las organizaciones Agile. Autor de «Il quinto paradigma» (Franco Angeli, disponible en italiano) en el que narra las historias, las transformaciones, los métodos, las herramientas, los modelos operativos y cómo las organizaciones Agile han cambiado de mentalidad. Agile Business Coach, PCC en ICF, Professional Scrum Master @ Scrum Org, ICAgile Authorised Instructor.